Cielo azul y más de 300 días de sol al año, incluso durante las estaciones más frescas se disfrutan temperaturas agradables. Estas son las condiciones climáticas que atraen a decenas de miles de jubilados de Alemania, Austria y Suiza a España, que se ha convertido en los últimos años en el paraíso de retiro más popular del sur de Europa.
¿Cómo es la vida de estos jubilados en el sur? ¿Por qué decidieron mudarse? ¿Han encontrado su felicidad allí? Un recorrido por la Costa Blanca, al norte de Alicante, revela por qué esta zona es uno de los principales bastiones para los jubilados de habla alemana en España.
EL AROMA DE LAS FLORES DE NARANJO
La pequeña urbanización de villas en Pedreguer, en la Costa Blanca, parece el lugar ideal para unas vacaciones eternas: casitas encaladas rodeadas de bonitos jardines y palmeras adornando las calles, mientras el aroma de las flores de naranjo perfuma el aire.
Justo al doblar la esquina, hay una piscina de aguas azul brillante compartida por los residentes de la urbanización. El Mediterráneo también está a poca distancia. Detrás de las casas se eleva un paisaje montañoso y verde.
En este paraíso viven Gisela Glaser y Joachim Grünert, una pareja de jubilados alemanes. Antes, residían en la pequeña ciudad de Korntal-Münchingen, cerca de Stuttgart.
“Siempre dijimos que cuando nos jubiláramos, nos mudaríamos al sur de Europa”, comparte Joachim Grünert. “Ambos amamos el sol”. Él fue programador y profesor de informática, y ella trabajó como niñera en familias acomodadas.
El traslado a España se realizó hace dos años, pero no sin algunos contratiempos, especialmente con la burocracia inicial. “Fue molesto”, recuerda Gisela Glaser.
UN COMIENZO DESAFIANTE
Entre los desafíos estaba obtener el número de identificación y fiscal español (NIE), indispensable para cualquier trámite en España, inscribirse en el sistema nacional de salud y cambiar la matrícula del coche. A menudo, solo conseguir una cita en las oficinas gubernamentales era un reto.
“Al principio, te complican un poco la vida”, dice Glaser mirando atrás. Sin embargo, con el tiempo superaron estos obstáculos y se sintieron más en casa. Aprendieron que en España muchas cosas se toman con más calma.
“No importa a dónde vayas, nunca hay prisa”, comenta Glaser. “Eso significa que a veces tienes que esperar. Simplemente necesitas paciencia.” Esto es evidente incluso en los supermercados, donde en la caja se charla bastante. “La gente aquí es más relajada que en Alemania”. Pero eso también es calidad de vida.
LA VIDA DE UN JUBILADO EN ESPAÑA
“Disfrutamos del buen tiempo y paseamos mucho con nuestro perro”, cuentan. También juegan al skat con sus nuevos amigos y asisten dos veces por semana a una escuela de idiomas para aprender español. “No queremos vivir solo entre alemanes, también queremos comunicarnos con los españoles.”
UN CLUB DE HABLA ALEMANA
En la Costa Blanca, sin embargo, es posible sobrevivir sin hablar español. Hay médicos, artesanos, panaderías, delicatessen, restaurantes y abogados de habla alemana. Además, supermercados como Aldi y Lidl están presentes en la zona.
Otro punto de encuentro es el Euroclub Dénia, que se ha convertido en un centro social para los jubilados de habla alemana. “Tenemos un grupo de senderismo, actividades deportivas, eventos de baile y un grupo de viaje”, cuenta Grünert, quien es el vicepresidente del club.