Los científicos del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey han descubierto una nueva especie interesante en las profundidades del mar frente a California. Son transparentes, brillantes y pueden capturar una amplia gama de presas. Durante el rodaje, los investigadores vieron cómo se desprendía uno de sus apéndices en forma de dedo, posiblemente como trampa para los depredadores. El complemento brillante se fue volando.
“Cuando lo filmamos por primera vez brillando en el ROV, todos en la sala de control dijeron ‘¡oooh!’ “Al mismo tiempo, todos quedamos impactados por lo que vio”, dijo en un comunicado Stephen Haddock, científico principal del instituto.
A continuación se pueden ver fotografías asombrosas del animal, al que los biólogos llaman el “molusco misterioso”. Ahora incluso tiene un nombre científico, Bathyphius codactylus, y después de años de observación y pruebas genéticas, los científicos han llegado a la conclusión de que se trata de una especie de nudibranquio, comúnmente conocido como caracol de mar.
Pero es posible que esta criatura no se vea ni se comporte como un típico caracol que habita en el fondo.
La velocidad de la luz
Vive principalmente entre 3.300 y 13.100 pies debajo de la superficie del océano, una vasta región de mar sin luz conocida como la zona de medianoche (una región que constituye alrededor del 70% del agua de mar de la Tierra pero que está en gran parte inexplorada). Para la alimentación, explica el instituto, utilice la tapa para “atrapar crustáceos como la Venus atrapamoscas”. Es hermafrodita (como otros caracoles marinos) y utiliza su transparencia para esconderse a simple vista. Pero como se mencionó anteriormente, cuando es necesario, puede separar partes de su cuerpo como presa.
Bathidpheus codactylus es tan inusual que los biólogos marinos tardaron 150 avistamientos en aguas profundas durante 20 años en identificar con precisión a la criatura. El descubrimiento fue publicado en la revista científica Deep Sea Research Part 1.
“Lo que me interesa de los moluscos crípticos es que son un ejemplo de cuánto podemos aprender a medida que pasamos más tiempo en las profundidades del mar, especialmente por debajo de los 2.000 metros”, dijo Haddock. “La presencia de un animal relativamente grande, raro y llamativo en una familia previamente desconocida resalta la importancia de utilizar nueva tecnología para clasificar este vasto entorno”.
Actualmente, organizaciones de investigación oceánica como el Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey están documentando y cartografiando las profundidades del mar. Los científicos quieren arrojar luz sobre lo que hay ahí fuera, en sentido literal y figurado. Las implicaciones de este conocimiento son enormes, especialmente para los buscadores de minerales de aguas profundas que se preparan para utilizar equipos industriales similares a tanques en partes del lecho marino.
Por ejemplo, las expediciones de investigación han descubierto que la vida marina tiene un gran potencial para la producción de nuevos medicamentos. “La búsqueda constante de nuevos fármacos ha demostrado que los invertebrados marinos producen más antibióticos, sustancias anticancerígenas y antiinflamatorias que cualquier grupo de organismos terrestres”. Así lo informó la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.