Hogares y empresas en España instalaron menos sistemas de energía solar en los tejados durante el primer trimestre del año, continuando una tendencia iniciada por la caída de los precios de la energía, la inflación y el efecto menguante de las subvenciones, lo que empaña las perspectivas para el resto del año.
La caída se observó mayormente en sistemas domésticos más pequeños el año pasado, pero ahora se está extendiendo a instalaciones de mayor escala, informó el martes el grupo industrial solar UNEF.
La capacidad instalada entre enero y marzo disminuyó aproximadamente un 26% en comparación con el mismo período del año pasado, dijo el CEO de UNEF, José Donoso, en un evento en Madrid. Las empresas, en particular, están frenando las instalaciones solares para alimentar instalaciones comerciales e industriales, con una nueva capacidad disminuyendo un 22% y un 30% respectivamente, en comparación con una caída del 15% en las instalaciones domésticas.
“El sector residencial está tocando fondo, pero la caída se está extendiendo al sector industrial,” dijo Donoso.
Aunque los consumidores en los sectores comercial e industrial aún ven la energía solar como una buena inversión, la disminución de los precios de la energía ha eliminado el sentido de urgencia, comentó Jon Macías, presidente de la rama de energía solar de APPA, a Reuters. “En el sector industrial, la palabra ‘urgencia’ fue reemplazada por la palabra ‘importante’,” dijo. “Es decir, tengo que hacerlo pero no ahora mismo. Puedo hacerlo a medio plazo,” añadió.
APPA ahora espera que el sector agregue entre 1.4 y 1.6 gigavatios (GW) de capacidad, frente a los 1.9 GW de 2023 y el récord de 2.6 GW logrado en 2022. A principios de este año, se pronosticaba que 2024 estaría en línea con el año pasado.
Donoso instó al gobierno a ofrecer nuevas exenciones fiscales e incentivos para las empresas y hogares que instalen sistemas solares y a mejorar el marco regulatorio para proyectos compartidos, en los que los paneles solares proporcionan energía a grupos de consumidores en lugar de a un solo hogar.
La desaceleración se produce después de un auge del mercado entre 2018 y 2022, impulsado por generosas subvenciones y los altos precios de la energía tras la invasión de Ucrania por Rusia. Algunas empresas, que expandieron rápidamente sus operaciones para aprovechar la ola, ahora están registrando millones de euros en pérdidas y anunciando grandes despidos.
“Para satisfacer la alta demanda de instalaciones, estas empresas aumentaron su plantilla, pero cuando los precios cayeron en 2023 y la demanda se desaceleró, tuvieron que enfrentarse a costos fijos muy elevados,” explicó Víctor Peiró, jefe de investigación de renta variable en GVC Gaesco.