El ecocidio generalmente se define como cualquier acto ilegal que resulte en una destrucción grave, generalizada y duradera del medio ambiente.
El término se utilizó por primera vez para describir el desastre ambiental causado por el uso del Agente Naranja por parte del ejército estadounidense en Vietnam, un herbicida tóxico que continúa causando estragos. Contaminación de ríos y suelos.
Muchos observadores y activistas de derechos humanos también han destacado el devastador impacto ambiental del conflicto en curso en el país. Gaza y Ucrania como ejemplos de ecocidio.
Según Space.com, el ecocidio, repetido desde hace décadas, puede considerarse la causa de “la emergencia climática y medioambiental a la que se enfrenta la humanidad”. Stop Ecocide International es la organización sin fines de lucro líder que aboga por el reconocimiento del ecocidio como un crimen internacional.
¿Dónde el ecocidio es un delito?
El ecocidio es un delito en 12 países, incluidos Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Rusia y Ucrania. Este año, Bélgica se convirtió en el primer país europeo en reconocer el ecocidio a nivel internacional y local.
Italia, Finlandia, Dinamarca, Brasil, Perú y México han iniciado conversaciones sobre la incorporación del ecocidio a sus leyes penales.
En tiempos de guerra, los delitos medioambientales pueden ser perseguidos en virtud del artículo 8 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, que prohíbe lanzar un ataque sabiendo que “causará daños graves, generalizados y de largo plazo al medio ambiente natural”.
Actualmente, Ucrania está reuniendo pruebas y llevando a cabo procedimientos legales contra Rusia en la Corte Penal Internacional por los daños ambientales causados por la invasión y ocupación de las centrales nucleares de Chernobyl y Zaporizhia por parte de Moscú en 2022.
¿Por qué el ecocidio no se considera un crimen global?
Convertir el ecocidio en un crimen internacional requeriría nueva legislación o una enmienda al Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, algo que las tres naciones insulares del Pacífico están tratando de hacer.
Para ello tendrán que votar dos tercios de los 124 países que han ratificado el tratado.
Sin embargo, los expertos legales dicen que la complejidad de los delitos ambientales puede hacer que el ecocidio sea difícil de procesar.
Si bien es más fácil procesar casos de contaminación causada por derrames de petróleo o desarrollo industrial, puede resultar difícil determinar qué personas son responsables de los desastres causados por el cambio climático.
Jan Waters, profesor de derecho internacional en la Universidad de Lovaina en Bélgica, dijo que podría ser más difícil obtener una condena.
“Agregar un crimen internacional a la jurisdicción de la CPI… Me temo que nos decepcionaremos”, dijo Waters a Context. – No es un delito fácil de probar y reunir pruebas.
¿Es el derecho internacional la mejor manera de detener el ecocidio?
Los expertos jurídicos cuestionan si el ecocidio debería considerarse un crimen internacional perseguido por la Corte Penal Internacional, citando la conversión de los procesos en condenas por parte de la Corte, así como los altos costos y las largas demoras.
La legislación nacional que autorice el procesamiento de delitos de ecocidio podría ser un mejor primer paso antes de cumplir con el derecho internacional, dijo Waters.
El trabajo de la CPI también se limita a procesar crímenes dentro de los 124 estados que han ratificado el Estatuto de Roma. No ha sido ratificado por varios países grandes, incluidos China, India, Estados Unidos y Rusia, los principales emisores de gases de efecto invernadero del mundo.
Según un estudio de las Naciones Unidas, el número de demandas por cambio climático se ha duplicado desde 2017, lo que indica que las demandas son una forma creciente de activismo ambiental.